Capítulo 10








Recordad que en el primer link tenéis la Ilustración, de la que ya estáis examinados, solo entraría la segunda parte de la presentación , el Romanticismo.


Comentario de texto Rima IV

No digas que agotado su tesoro,
de asuntos falta, enmudeció la lira.
Podrá no haber poetas, peros siempre 
habrá poesía.

Mientras las ondas de la luz al beso
palpiten encendidas,
mientras el sol las desgarradas nubes
de fuego y oro vista,
mientras el aire en su regazo lleve
perfumes y armonías,
mientras haya en el mundo primavera,
¡habrá poesía!

Mientras la ciencia a descubrir no alcance
las fuentes de la vida,
y en el mar o en el cielo hay un abismo 
que al cálculo resista,
mientras la humanidad siempre avanzando
no sepa do camina,
mientras haya un misterio para el hombre,
¡habrá poesía!

Mientras se sienta que se ríe el alma,
sin que labios rían,
mientras se llore, sin que el llanto acuda
a nublar la pupila,
mientras el corazón y la cabeza
batallando prosigan,
mientras haya esperanza y recuerdos,
¡habrá poesía!

Mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran,
mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira,
mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas,
mientras exista una mujer hermosa,
¡habrá poesía!



A mediados del siglo XIX, cuando el Romanticismo español está agonizando y triunfa la nueva literatura realista, surge una figura fundamental de la poesía decimonónica. La poesía de Bécquer se diferencia de la mayor parte de la de sus poetas coetáneos, frente a la observación de la realidad, la objetividad, la intención docente y la moralidad, Bécquer se inclina por el lirismo y la imaginación, la subjetividad, el esteticismo y el sentimentalismo. Al tratarse de características románticas, se llamó a esta poesía posromántica.

La rima IV aborda el misterio de la poesía

La voz poética exalta la existencia de la poesía, se proclama su entusiasta y descubre la inspiración para escribir. La poesía es inagotable, porque inagotable son los temas que la despiertan, la belleza de la naturaleza, los misterios de la vida, el amor y la mujer. 

La primera estrofa, introductoria, aborda el tema que se va a desarrollar en las cuatro estrofas siguientes, fuentes de inspiración para el poeta: el mundo sensible (luz, perfumes, armonías, primavera), el mundo del misterio (origen de la vida, misterios del universo, destino desconocido), el mundo del sentimiento (reír, llorar, esperanza, recuerdos) y el mundo del amor (ojos que miran, suspiros, besos)

Rima polimétrica, mezcla de versos endecasílabos, heptasílabos y hexasílabos con rima asonante, con predominio de la función poética, pues el lenguaje queda al servicio de la creación artística, la función expresiva, pues cada verso destila subjetividad y, tal vez ese primer verso "No digas que agotado su tesoro" tiene función apelativa, pues la voz poética interpela a los receptores.

El paralelismo es, sin duda, el recurso estilístico más reconocible, las estrofas guardan una igual estructura y, sobre todo, destaca los dos recursos que abren y cierran cada una de las cuatro estrofas: la anáfora y el estribillo. Esta repetición, "mientras", "mientras" y "habrá poesía", "habrá poesía" configuran el paralelismo. Encontramos metáforas, "agotado su tesoro" (verso 1) y "enmudeció la lira" (verso 2); hiperbaton como "de asuntos falta" (verso 2), "mientras el sol las desgarradas nubes" (verso 7). Políptoton (repetición de una misma palabra con diferentes morfemas flexivos) en los versos 21 y 22, "ríe" y "rían". Por último, una paradoja en los versos 21 y 24 "Mientras sintamos que se ría el alma, sin que los labios rían".

De los temas becquerianos, la creación poética ocupa parte de su producción, preocupado por la inspiración y las musas, Bécquer se convirtió en el padre de la poesía moderna, por su carácter innovador, sin perder de lado la tradición. La obra literaria del poeta pasó casi inadvertida para sus contemporáneos. Su vida, como su poesía, fue breve.


REALISMO Y NATURALISMO


Los inicios del Realismo hay que situarlos en 1848 con los movimientos revolucionarios de la clase obrera, influida por la obra de Marx y Engels. Esta época, posterior al Romanticismo, se caracteriza por profundas transformaciones sociales: éxodo rural a las ciudades, gran crecimiento demográfico y una burguesía cada vez más conservadora.

Este movimiento cultural y artístico del siglo XIX surgió cuando aún el Romanticismo pervivía en la vida literaria y política. El Realismo defendía la representación de la realidad de una forma verdadera y lo más exacta posible.

El auge de las clases burguesas, nuevas consumidoras de ocio, arte y literatura y, las propias características de la novela como género proclive a la representación de la realidad y de lo social, son factores que ayudan a explicar, en buena medida, el éxito de la narrativa realista y naturalista.

Las características de la novela realista son la verosimilitud, los personajes reales y su análisis psicológico, la temática social, la ambientación contemporánea, espacios reales y reconocibles, la observación objetiva y el lenguaje natural, sobrio y sin efusiones, importancia del diálogo, narrador omnisciente y el uso frecuente del estilo indirecto.

El prerrealismo se alimenta del costumbrismo romántico y la tradición realista española, El Quijote y el Lazarillo y tiene a Fernán Caballero y Pedro Antonio de Alarcón como máximos representantes. Aunque ya pueden vislumbrarse las bases del realismo, la profundidad de los personajes y el compromiso y la denuncia realista todavía no son muy palpables. 

Ya con las novelas de tesis entramos en un realismo más maduro, se trata de novelas con contenido ideológico, así aparecen novelas de Galdós y José María Pereda.

El Naturalismo, como el Positivismo, defendía que el ser humano está determinado por las leyes de la herencia biológica, el medio social y el momento histórico y, por tanto, no es libre. El padre de este movimiento es Emile Zola, escritor francés que se recrea en los ambientes marginales, personajes tratados de manera injusta por la vida y definiciones médicas de enfermedades y deformaciones. En España no llega a introducirse de manera pura el Naturalismo, pero escritores como Pardo Bazán y Blasco Ibáñez experimentaron con las características impuestas por el francés.

De influencia rusa es el realismo más espiritual, Dostoievski y Tolstoi profundizan en la conciencia humana de los personajes. Benito Pérez Galdós escribió novelas espiritualistas como Tristana.

Galdós es unos de los escritores más importantes de esta etapa histórica y de la historia de nuestra literatura. La crítica social, política, religión y del clero de sus novelas, el retrato psicológico de sus personajes y la descripción de ambientes y exhaustiva documentación son marcas de su producción. Fortunata y Jacinta o Los episodios nacionales son de sus obras más importantes.

Clarín, con su obra La Regenta se posiciona como escritor fundamental. Clarín se sirvió de la novela para hacer una dura crítica a todos los estamentos sociales. Vetusta, nombre tras el que se encuentra la ciudad de Oviedo, es una capital de provincias en la que la mentira, la hipocresía y la corrupción condicionan la vida diaria.

Ana Ozores, cansada de la monotonía que le ofrece su matrimonio, busca refugio en la religión. Su confesor, don Fermín de Pas, será partícipe del sentimiento de culpa que inunda a la Regenta, a causa de sus encuentros adúlteros con don Álvaro Mesía, y lo utilizará para intentar aprovecharse de ella. Don Víctor, esposo de Ana Ozores, descubre el engaño y muere en un duelo con don Álvaro. La Regenta es despreciada por la sociedad que antes la aclamaba. Oviedo es el verdadero protagonista de la obra.

Benito Pérez Galdós
Tristana


Nos encontramos ante un fragmento de la novela Tristana de Benito Pérez  Galdós. Galdós es uno de los máximos representantes del realismo español y unos de los grandes novelistas europeos junto a Balzac, Dickens y Dostoievski. Aunque su labor teatral fue muy importante y la representación de alguna de sus obras produjo verdaderos escándalos en la época, hoy es conocido, sobre todo, como uno de los más grandes novelistas españoles de todos los tiempos. De la indagación en los problemas que aquejan al país, nace su obra narrativa; queriendo explicar las realidades políticas y sociales del país llegará a descubrir los problemas del hombre y a interesarse por él como ser individual y trascendente.

Asistimos, en este fragmento, al retrato de don Felipe Garrido.

Galdós describe el aspecto físico y nos ofrece rasgos de la personalidad de don Felipe Garrido, su edad, la edad que aparenta, sus hábitos de juventud y como con la vejez mantiene parte de la picardía de hace años. Su vestimenta de persona adinerada cuando no tiene dinero y con ganas de parecer más joven, nos hace pensar en sus ansias de aparentar.

Aunque el fragmento está dentro de la novela Tristana, la modalidad textual predominante es la descriptiva. Galdós nos ofrece cualidades y características que singularizan a don Felipe; dado que se nos van ofreciendo rasgos descriptivos del personaje, no tenemos una estructura definida, solo una suma de información para construirlo.

Predomina la función referencial, pues se transmiten contenidos de forma expresiva, la función expresiva, pues resulta un fragmento muy subjetivo y la función poética, pues la intención de Galdós es estética y con un lenguaje muy cuidado. La descripción cuentan con las características de verosimilitud, pues es claramente subjetiva y de gran flexibilidad estructural, pues con pocas pinceladas asistimos a la imagen completa del personaje.

Respecto a los recursos lingüísticos, predomina la variedad sintáctica, con oraciones coordinadas y subordinadas. Los periodos sintácticos combinan las frases largas, con enumeraciones rápidas que dan agilidad a la descripción, esas pinceladas clásicas de las descripciones literarias. Predomina el sustantivo, algunas veces acompañado de adjetivos, como mujeres bonitas, mala intención, pícara afición, edad verde. (de momento, esto no se pide en los exámenes)

En cuanto a los recursos estilísticos destacan las comparaciones, "así como la hora de un reloj descompuesto, cuyas manecillas se obstinaran en no moverse", donde también pueden apreciarse personificaciones y "como si el terror instintivo de los cincuenta le detuviese en aquel tímido lindero del medio siglo". Las metáforas, "como torres de virtud" y "plazas de honestidad".

Nos encontramos ante un texto cohesionado y coherente, con una unidad temática, la descripción de un personaje, por lo tanto los campos semánticos utilizados forman una unidad.

En conclusión, Galdós, en su novela Tristana, recoge con pericia los rasgos característicos del realismo, la observación objetiva, el lenguaje libre de efusiones, la temática social y contemporánea y el análisis psicológico desde la trazo sutil.





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